Los daños más comunes que ocurren en una casa cercana a una zona costera se producen en el exterior de la misma debido a la exposición continua al sol y a diversos factores meteorológicos como la lluvia y la humedad.
Todo ello ocasiona que la pintura de degrade y pierda su tonalidad original, por lo que debemos informarnos bien antes de elegir qué pintura debemos emplear. Además, la sal y las partículas de arena arrastradas por el viento pueden penetrar en la estructura de la vivienda, causando corrosión en aquellas partes metálicas, con su consiguiente debilitamiento.
Un consejo que podemos emplear antes de pintar la casa es fijarnos en la resistencia al agua de la pintura y utilizar una impermeable que incluya conservantes antimoho y antiverdín que retardan o evitan la aparición de hongos.
Prevenir es la medida más económica
Otra opción es aplicar un fondo fijador al disolvente para evitar que la pintura se resquebraje por efecto de la sal del ambiente de las zonas costeras. También podemos utilizar pintura al óleo satinado por su resistencia a la humedad. Las pinturas convencionales tienden a hacer burbujas y a favorecer la aparición de moho pero este tipo de pinturas repelen este tipo de efectos.
Recordad que prevenir, a la larga, resulta la medida más económica. Como principales implicados debemos pedirle a las empresas que utilicen productos de calidad e impermeabilizantes para ayudar a prevenir el problema de la humedad costera.
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